¿Yoga en el gimnasio o en un estudio de yoga?

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Cuando llegué a España a vivir tenía que buscar un sitio donde seguir con mi práctica de Yoga. Di con uno de los pocos que existían en 2001 en Madrid. Pero al año tuve que mudarme y ya no podía seguir yendo a ese estudio, así que busqué otras opciones cerca de mi casa. La solución fue un gimnasio que ofrecía dentro de todas sus actividades 3 días de yoga a la semana. Era perfecto porque combinaba gimnasio y yoga. Después de un tiempo largo desarrollé una práctica que necesitaba avanzar y profundizar, y el gimnasio no me lo daba, por eso mi camino me llevó a un estudio de yoga.

Muchos profesores de yoga que trabajan en estudios de yoga también dan clases en gimnasios, de hecho yo estuve trabajando mis primeros 3 años en uno. La calidad de la enseñanza no depende de si es un estudio o un gimnasio, los profesores no son peores en los gimnasios.

Pienso que la diferencia está en la regularidad de los alumnos y el ambiente más que en el profesor. En un gimnasio la gente puede pasar de una clase de spinning a body pump o yoga fácilmente según el humor del día y el horario de actividades dirigidas. Hay miles de socios en un gimnasio, pueden entrar en clase de yoga nuevas caras cada día. Siendo más impersonal, el profesor tiene que mantener un nivel muy abierto para todos y no tiene el tiempo de conocer a todos sus alumnos para profundizar la práctica. También el ambiente más ruidoso electro-remix sound de un gimnasio no ofrece la tranquilidad y la calma de un estudio de yoga.

El otro problema que veo, es que en muchos gimnasios ofrecen  “yoga” sin más, sin explicar qué estilo o nivel y todo se queda muy generalizado y sin categorizar. Existen muchos estilos y niveles de práctica.

En un estudio de yoga, los alumnos vienen solo por yoga y suelen hacerlo regularmente. Para un profesor, conocer a su grupo de alumnos regulares permite avanzar en la práctica, probar nuevas posturas o ejercicios de respiración (pranayama) y tocar aspectos más filosóficos (a veces). 

Personalmente me encanta dar clases a un grupo regular, se crea un vínculo entre los alumnos y el profesor  y la energía es muy bonita. El trato es más personal y acabamos conociéndonos más. De todas maneras siempre lo digo, como en cualquier enseñanza, es el profesor con el que vas a conectar o no, más que si el lugar es en un gimnasio o en un estudio de yoga. Es un tema de química y de disfrutar de sus clases y sus enseñanzas. Por eso si en la primera clases sientes que yoga no es para ti, prueba con otro profesor o quizás otro estilo de yoga. Pero lo importante es encontrar el profesor que te pueda guiar en este camino tan enriquecedor.

Ahora bien, sea donde sea que practiques, mientras estés notando los beneficios y sientas que hacer yoga te hace bien, sigue disfrutando de la práctica.

Y tú, ¿dónde practicas yoga? ¿En un estudio o en un gimnasio? Comparte tu experiencia y opinión en comentarios. ¡Gracias por leer!

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